Alfabeto tebano o runas de Honorio.

26.08.2025

Existen múltiples alfabetos mágicos. Los más conocidos son probablemente los expuestos en la obra de Johann Trithemius, Polygraphia (1518), en la cual expone más de mil alfabetos diferentes con unas características y grafías muy llamativas. La mayoría de estos, sin embargo, son simples métodos de criptografía, es decir, métodos de ocultación de mensajes. Aunque ello no le roba su utilidad, sí que le quita la magia, nunca mejor dicho, de que esos alfabetos pudieran tener una lengua propia.

Uno de esos mal llamados alfabetos es el llamado alfabeto tebano. Toma su nombre de Honorio de Tebas, su supuesto creador, según expone el discípulo de Trithemio, el famoso Cornelio Agrippa, en su obra, los Tres Libros de Filosofía Oculta. Pero a su vez, Agrippa dice haber tomado dicha información de la obra de Pietro d'Abano, en la cual -al menos la que ha llegado a nuestros días- no aparece información alguna al respecto. Por todo ello, los estudiosos apuntan a un posible intento de buscar una autoridad en la materia ocultista (Pietro d'Abano la tenía, pese a que sus estudios eran variados, hasta el punto de ser condenado por la Iglesia). Como fuere, en adelante este alfabeto sería conocido como tebano, en parte por definirse a su supuesto autor, como veremos más adelante, como tebano griego.

Su grafía, en parte, recuerda en algunos aspectos a la minúscula griega, por lo que su denominación ganaba cierta coherencia, a la vez que, con el paso del tiempo, dotaba de cierto aire de antigüedad al alfabeto. Sin embargo, no olvidemos que existía otra importantísima y mística ciudad: La Tebas egipcia. Y es que el alfabeto tebano guarda muchas más características formales con los trazos de la lengua copta (la cual, por otra parte, tomó mucho de la lengua griega). La tercera versión, muy aceptada, es que, al igual que otros alfabetos mágicos, se habría tomado una base hebrea y se habrían deformado sus letras hasta obtener unos signos lo suficientemente diferentes, así como extrañamente reconocibles. Pero este alfabeto no era, y ni siquiera estaba pensado, para encriptar en hebreo, copto o en griego, sino en el latín. Lo sabemos por un sencillo análisis: el número de letras y sus correspondencias. Así, vemos que el orden de las mismas es el del alfabeto latino, y que los sonidos se corresponden con los de este alfabeto. Por ejemplo, la i se utiliza como la j, no existe la w, y la v es la misma letra que la u. Sin embargo, sí contiene las dos letras griegas más usadas sin posible transcripción indirecta, la z y la y.

De manera que estos signos fueron realizados a conciencia para ser intercambiados con las letras latinas y esconder mensajes. Este tipo de usos no eran, por otra parte, novedosos, sino algo relativamente común desde la antigüedad, sobre todo en terreno militar. Su novedad radica en encontrarse en un contexto ocultista. En la Antigua Grecia y Roma, las palabras mágicas eran palabras sin sentido, llamadas "palabras bárbaras" o "voces magicae", para dar a entender que tienen un sentido en algún idioma mágico desconocido, pero no estaban encriptadas, eran simplemente palabras sin sentido. Con el tiempo esas palabras mágicas incluyeron, por ejemplo, nombres angelicales y divinos en hebreo, o nombres de dioses egipcios alterados, es decir, "palabras de poder" de un mundo extranjero.

El uso de un alfabeto criptado como tal sólo lo encontramos a partir del renacimiento, y probablemente John Dee fuera uno de los que, sin quererlo, popularizara los alfabetos mágicos. John Dee, junto con su colega Edward Kelly, 'descubrieron', mediante supuesto contacto con los ángeles, el que denominaron idioma enochiano, "la lengua de Adán", según les habría dicho el arcángel Gabriel. Esta sí era una lengua propia, con su gramática y sintaxis interna, y su alfabeto distintivo, esta vez más cercano a la grafía hebrea. Incluso el orden de las letras es diferente a los alfabetos en ese momento conocidos, lo cual resultaría novedoso. Distintas palabras y símbolos fueron escritos por Dee en sus estudios y en sus herramientas de invocación, en las tablas de saber de los ángeles y en los espejos de obsidiana. Los alfabetos mágicos, pues, estaban en boga.

Como advertencia, indicar que no conocemos la identidad real de este Honorio de Tebas, ni siquiera si fue una figura real o un autor mitológico, creado para justificar o elevar los grimorios que estaban empezando a surgir en el medievo. La referencia más clara que tenemos entorno a este personaje está en el llamado Liber Iuratus, el Libro jurado de Honorio. Está datado en el s. XIII, y en él el autor se declara Hijo de Euclides, maestro tebano, lo que hace inclinarse más por el origen griego de este personaje, probablemente bizantino. Sobre la identidad real de este personaje hay muchas teorías, y la mayoría, sin mucho éxito, tratan de vincularlo con Honorio I o con Honorio III. Honorio I fue Papa en el S. VI, y fue anatematizado como hereje, por defender el monotelitismo, es decir, considerar que Jesús, como Cristo, tenía solamente una naturaleza (divina) y no dos (humana y divina). Puede que este recuerdo provocara la "confusión" de identificar a este Papa como alguien cercano a las herejías y por consiguiente al paganismo y la hechicería. No debe confundirse tampoco con el Papa Honorio III, al cual se atribuía el grimorio de 1610 (Grimorio del Papa Honorio). En este grimorio no hay ni rastro de alfabetos mágicos de ningún tipo. Empero, hemos visto que se atribuía la primera mención de Honorio de Tebas al renacentista italiano Pietro d'Abano, y dado que vivió en una etapa no muy posterior a la época en la que Honorio III fue Papa de la Iglesia Católica Romana, son varios los que piensan que, en una fusión previa de la figura medieval de Honorio I, mezclada con el nombre aún reciente de Honorio III, condujeran a que Pietro d'Abano aceptara el nombre de estos pontífices al alfabeto. Pero nada es concluyente en este aspecto, por lo que deben ser tratados como lo que son, personajes muy diferentes, siendo Honorio I y III personajes históricos cristianos, y Honorio de Tebas un personaje probablemente ficticio o pseudoepigráfico, de un escriba o mago greco-egipcio.

Durante un tiempo, los alfabetos mágicos tanto de Trithemio como de Dee pasan por una etapa de simple coleccionismo y curiosidad. Será Francis Barret, a principios del S.XVIII, quien realice de nuevo una obra donde recopile alfabetos mágicos y más aún, redacte sus propios estudios y grimorios utilizando el alfabeto tebano. Barret presentará el alfabeto tebano directamente como el de Honorio de Tebas en dicha obra, El Mago, tres volúmenes que reúnen todos los conocimientos que él tenía sobre magia y rituales.

El alfabeto tebano se utilizará en ciertos círculos esotéricos, para dotar de misticismo a los textos. En Reino Unido, en el S. XIX hubo una gran expansión de grupos esotéricos, y tanto el alfabeto tebano como otros alfabetos mágicos se popularizaron en los grimorios y apuntes, en las decoraciones de salas o joyería. Curiosamente, el enochiano de Dee fue otro de los más populares. Se sabe que el enochiano era usado en la famosísima Orden del Alba Dorada (Golden Dawn), y por distintos testimonios sabemos que el alfabeto tebano era utilizado en los círculos esotéricos paganos en los que participó Gerald Gardner, el llamado "padre de la Wicca". Muy probablemente por su uso en estos círculos esotéricos, el alfabeto tebano recibió un nombre mucho más apropiado a sus usos y que ha ido ganando popularidad en los últimos siglos: el alfabeto de las brujas.

En la actualidad, el alfabeto de las brujas se utiliza para escribir en grimorios y durante rituales. También es un elemento estilizante y decorativo. Otorga misticismo y al mismo tiempo oculta palabras mágicas a los ojos profanos. Su uso se da de manera casi exclusiva entre wiccanos, y puntualmente en otras órdenes ocultistas, en las que el alfabeto enochiano parece más popular. Curiosamente, incluso con una simple búsqueda en Internet, puede verse que el alfabeto tebano y el enochiano son confundidos.

Para que los caracteres del alfabeto tebano o de las brujas tengan un sentido en sí mismo, han debido de pasar por un proceso literario y ritual en el cual se ha atribuido a cada letra sustituta un valor como símbolo. Por eso se han acabado denominando, incorrectamente, runas. Los significados que se les ha dado a cada grafía son relativamente recientes, y es por ello que se siguen utilizando más como método de escritura y ritual que como adivinación, cuyo uso es de hace apenas unas décadas. Existen dos corrientes principales, cuyas denominaciones pueden causar confusión: runas de Honorio y runas satánicas.

De estas, las runas de Honorio, (también llamadas runas tebanas) son 24 runas que siguen el patrón del alfabeto. Se nombran con las letras a las que sustituyen o con los de distintos personajes literarios o reales. Estás denominaciones se le deben al psicólogo y folclorista Greg Jenkins, quien es probablemente también el responsable de que se empezara a plantear su uso en la adivinación. Jenkins intenta retrotraer su uso adivinatorio al medievo, pero nada más lejos de la realidad: como ya hemos dicho, es un sistema de encriptación, cuyo uso ritual fue muy posterior, y cuyo uso adivinatorio es muy, muy reciente. En cualquier caso, es la falsa premisa del autor, algo disperso en la metafísica medieval, que sí es su especialidad, para poder aplicarles los distintos usos que le da, así como asociarlas con distintas hierbas o poderes angélicos, cosa que sí era frecuente realizar en el medievo con más estrellas o los minerales. Por otra parte, no niega la modernidad de su sistema:

<<I wanted to add to the body of literature with something unique, yet simple to grasp for everyone. Overall, it's meant to be a tool for self-inspection, self-reflection and self-repair-where-need-be.>>

<<Quise contribuir al corpus literario con algo único, sencillo de entender para cualquiera. Más allá de eso, supone una herramienta para la introspección, la autorreflexión y la autoreparación-donde-sea-necesario>>

En su trabajo encontramos gran parte de la obra dedicada a conjuros y rituales en los que las letras tebanas son utilizadas a modo de talismanes o sigilos, en unión al uso de velas, flores, hierbas, lazos, inciensos, minerales... La parte adivinatoria es, más que nada, un trabajo de meditación y autodescubrimiento. Sus intenciones no son mostrar el futuro como tal, sino mostrar imágenes y orientaciones psicológicas y espirituales que el dueño de las runas pueda identificar y sentir como suyas. Una transformación parecida a la que ha sufrido el Tarot en las últimas décadas.

En cuanto a las runas satánicas, se trata del uso de estos símbolos para adivinación y rituales, talismanes, etc. La diferencia principal es que Jenkins solamente contempla las interpretaciones del símbolo y de la cara sin dibujo, sin embargo las runas llamadas satánicas analizan también si el dibujo está invertido, por ello son 48.

Pietro V. Carracedo Ahumada - pietrocarracedo@gmail.com


Bibliografía:

-Auryn, M. Mastering Magick. A Course in Spellcasting for the Psychic Witch. Llewellyn Worldwide, 2022

-Jackson, M. B. La scrittura magica. Sigilli, cifrari e alfabeti misteriosi. Hermes Edizioni, 2022

-Jenkins, G. The Theban Oracle. Discover the Magic of the Ancient Alphabet That Changes Lives. Red Wheel/Weiser ed. 2014

-Verner, M. Las 48 Runas Satánicas, 2019.


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