La magia en la obra de Petronio (I): Cuestiones generales y personajes

24.10.2018

Vamos a dar a conocer algunos datos sobre el autor del Satiricón. De Petronio no sabemos nada con absoluta certeza y de su obra sólo lo que nos ha llegado en parte, y se ignora lo que esta parte podría representar en el conjunto de la obra cuando se escribió. En cuanto a la novela, sabemos que está incompleta porque le falta el principio y el final, algo que es comprensible. Sin embargo, lo que tenemos de esta obra ha sido encontrado en diferentes bibliotecas y fragmentario debido al azar. 

Por lo que podemos decir de él, se encuentra gracias a otros autores como Tácito, que en sus Annales nos cita a varios personajes de su tiempo o anteriores con un tal Petronio:

«Por lo que atañe a Petronio, he de insistir en algunos antecedentes. Pasaba el día durmiendo y dedicaba la noche a sus quehaceres y diversiones; y no se le tenía por un vicioso, como a la mayoría de los que dilapidan sus bienes, sino por un refinado vividor. En la dignidad de procónsul, en Bitinia, y luego en la de cónsul, se mostró enérgico y a la altura del cargo».

Tácito, Anales, XVI

En 1663 apareció el manuscrito Traguriensis en la biblioteca de Nicolás Cippio. También aparecen poemas de Catulo, Tibulo y Propercio, junto con la cena de Trimalción, cuyos primeros capítulos ya se conocen.

Lisardo Rubio Fdez. (1988), en la introducción a la obra en la editorial Gredos, nos da otros tantos datos de valor «En el Satiricón aparece el nombre de Titus Petronius Niger que fue cónsul alrededor del año 62». Luego tenemos el origen de la palabra Satiricón: «Satiricón es una forma griega, en genitivo plural, que llevan varias novelas griegas. Debe entenderse que estos adjetivos sustantivados en genitivo estarían en principio, regidos por el sustantivo libri, es decir, «libros de temas satíricos, efesíacos, etíopes, etc».».

En estas líneas encontramos el objetivo que persigue su autor, el cual es: «Unos párrafos de El Satiricón definen muy claramente el ideal artístico de Petronio. Reclama para el escritor sencillez, naturalidad y franqueza en la descripción de la vida humana. El Satiricón es un modelo y tal vez el más perfecto del realismo en la literatura latina».

Esta obra trata, por tanto, temas poco solemnes, no es una epopeya ni un tratado histórico, sino una historia de aventuras, con temas variados, cuestiones de viajes, de burla social, etc. Por esto nos sirven para conocer qué pasaba en la sociedad romana real y no sólo la imagen majestuosa a la que estamos acostumbrados. Justo la magia, la superstición y el esoterismo se mueven por estas clases "bajas" de las que poca gente prestaba atención en sus obras literarias, así que obras como estas son una herramienta muy útil.

El personaje principal es Encolpio, castigado por el dios Príapo con impotencia sexual, pero la obra está muy fragmentada. La primera parte comprende a Ascilto, el rival amoroso de Encolpio por el amor de Gitón, la segunda parte es la famosa cena de Trimalción y, por último, está la tercera parte que pertenece a Eumolpo, un poeta no muy bueno que se une al grupo.

«La figura horrorífica de la bruja que nos presenta Petronio en su obra, El Satiricón, una de las más destacadas figuras para representar el oscuro mundo de la magia y las artes ocultas en el siglo I d.C. en la Roma de su tiempo. La magia y la relación con la hechicería de la bruja Enotea será el punto de inicio para focalizar una desconocida realidad social y cultural que coexistió completamente con la religión oficial del Panteón romano en la época del autor».

Donoso Johnson, P., La Magia y Sociedad Romana en Tiempos de Petronio, 2010

Vemos que hay un gran conocimiento de las diferentes prácticas mágicas que se describen en la novela de Petronio y sería debido a que esto y la religión cultual romana pudieron convivir sin ningún problema.

Es de destacar que en Petronio las brujas y magas no realizan las tareas por propia iniciativa, sino que tienen el papel de sacerdotisas del dios Príapo, el cual es un dios que recupera la impotencia sexual y propicia la fertilidad, por tanto, la labor de estas magas es secundaria y subalterna. La lectura de este episodio mágico, es que ni la religión ni el aparato estatal romano serían capaces de solventar las dolencias y afectaciones de los ciudadanos del Imperio y cada individuo, de motu proprio, tenía la tarea de encontrar la manera de resolver sus problemas.

Se sabe que las leyes recogidas en las XII Tablas perseguían y sancionaban el malum carmen, el encantamiento malo, considerado como una práctica mágica. Las acciones mágicas, desde una mirada práctica-jurídica, eran consideradas delitos que aparecen recogidos como crimina magiae en la Lex Cornelia, del S.I aC; sin embargo, se recurría a ella, se practicaba y se la temía a la vez.

Según Nicola Turchi (1939) y junto con la tradición y las fuentes, nos dice que como amuletos los romanos empleaban el oro, las ramas de coral (surculi) que como es rojo y puntudo, arroja las malas influencias y las elimina; el ámbar (sucinum) por su lejana y misteriosa proveniencia y su capacidad de "encantarse" con el frotamiento (la electricidad estática); el fascinum, y la ciprea, amuletos para la reproducción de los genitales, para desviar los espíritus malignos, los osciladores, muñecas y otros amuletos que se colgaban en los árboles con fines apotropaicos.

«El mismo autor (Turchi), asegura que los derivados más conocidas de la magia son la teúrgia y la alquimia, nos dice que las "realizaciones divinas" de la teúrgia se distinguen mal, en el principio, de las de la magia: de la adivinación por el agua, por el espejo (hidromancia, catoptromancia), pasamos a la resurrección momentánea de los muertos para conocer de ellos el futuro (nigromancia); la "creación de maravillas" (taumaturgia), a la evocación del dios».

Donoso Johnson, 2010

En otras palabras, incluso para los propios romanos era difícil distinguir qué era magia y qué era un ritual religioso complejo, lo que daba lugar a la posibilidad de prestar atención a ambos. Incluso Giordano Bruno, monje esotérico renacentista, reconocía que en la antigüedad la magia divina era también la de los oráculos divinos arcaicos.

Aquí hemos visto que algunas prácticas ya se conocían entre las gentes de la época. En otros artículos hemos tratado tareas como la hidromancia, la nigromancia o la transformación de humanos en seres míticos u hombres lobos. Pero todo lo visto en Petronio se corresponde con los hechizos dedicados al dios Príapo por parte de las sacerdotisas que conocen las diferentes tareas a realizar. Por lo que podemos pensar que era algo que se hacía junto con los rituales cultos a las divinidades del Panteón romano e incluso de otras que se conocían en ciertos estamentos de la sociedad romana.

Para que no os perdáis con lo que veremos en los párrafos posteriores, vamos a mostraros unos pequeños detalles, tratados con más profundidad en el trabajo de Ramiro J.B. (2014), Un retrato social de las mujeres en el Satiricón de Petronio, (UJI).

Primeramente aparecen dos sacerdotisas de Príapo, que es la divinidad a la que se dedican las distintas prácticas mágicas que se muestran más adelante. Las magas que se llaman Cuartila y Enotea ponen a Encolpio bajo las cuerdas porque será el personaje en al que van a dirigir los diferentes hechizos. A pesar de ser hombre, éste no puede hacer nada para remediarlo. Como representantes del dios Príapo, e intermediarías del mismo ejercen su voluntad sobre el protagonista.

Cuartila, mediante un engaño, consigue que Encolpio, su amigo Ascilto y su amante Gitón vayan a su casa para reparar el daño que habían causado cuando se encontraban celebrando un sacrificio en honor de Príapo. Los somete a toda una serie de ritos orgiásticos, donde son obligados a beber, a ser manoseados, besados, maltratados, a mantener relaciones sexuales no deseadas. En el caso de Enotea, el objetivo es bien distinto, pero los procedimientos de humillación muy parecidos. Se trata de una curandera, una hechicera con poderes sobrenaturales. La medida que toma primeramente es que Encolpio debe dormir con ella, es una vieja bastante repugnante, seguida de otras como besarle una y otra vez, tomar brebajes y leer el porvenir mirando el hígado de un ganso sagrado. Al final consigue escapar pero no se ve ningún atisbo siquiera de la fuerza y resistencia varonil que podría haber mostrado Encolpio, para poder hacer frente a tanta humillación. Esta visión "satírica" puede hacernos dudar también sobre si es un ritual realista, si es una exageración o una crítica, etc.

El episodio más singular que se nos narra es el de Circe y Polieno, nombre que utiliza Encolpio. En este caso Petronio describe con todo realismo este comportamiento. La maga sin duda alguna es una de aquellas damas de la antigüedad romana que se encaprichaba por los esclavos, los gladiadores o los actores de comedias. Considera al protagonista uno de éstos y para entablar contacto con él, envía a su sirvienta, Crisis. Nada más verse en el lugar acordado, Circe con dulces palabras y sin importarle que tenga un amante, muestra su deseo de entregarse a él, algo que hace sin miramiento alguno. No se llegó a consumar este encuentro porque Encolpio era impotente y la aristócrata le invita a que se cure. La sirvienta es la encargada de llevar a cabo esta tarea mediante una vieja Proseleno que lo somete a toda una serie de encantamientos. Es lo que veremos más adelante en las prácticas.

Así pues, veamos qué se dice sobre la magia en La magia en Petronio II: Prácticas mágicas y creencias.

Ignacio Povedano Selfa - ignacio.povedano305@gmail.com

Bibliografía:

Donoso Johnson, P., La Magia y Sociedad Romana en Tiempos de Petronio, 2010
Ramiro, J.B. Un retrato social de las mujeres en el Satiricón de Petronio, UJI, 2014
Rubio Fernández, L. (introd.) Petronio, El Satiricón. Gredos, 2010
Turchi, N.La Religione di Roma Antica, Instituto di Studi Romani, Licinio  Cappelli Editore, Bologna, Italia, 1939.

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