Mayong: la tierra de la hechicería en India

19.07.2019

A pesar de la persecución a la que se ve sometida la brujería en India, como pudo verse en artículos anteriores, existe una ciudad llamada Mayong, en el distrito de Assam, que reúne a los practicantes de magia y también una clientela lo suficientemente abundante, potenciada por el turismo, lo que sería una muestra más de cómo bajo el nombre del esoterismo, por sus connotaciones más espirituales y menos de maligna afectación física, tiene siempre mayor aceptación social que la hechicería y la brujería.

Hay numerosas leyendas entorno a esta ubicación, situada a unos 40 km de Guwahati, cerca del Santuario Natural de Pobitora, otro atractivo turístico. La región es identificada con el reino mitológico de Prajyotisha (que vagamente significa, Formador de adivinos; véase la etimología de jyotish en el artículo sobre la astrología hindú), en la región de Guwahati, en en el Mahabbharata y el Ramayana, donde suceden los eventos de Krishna y Ghatotkacha, y donde tienen lugar batallas y auxilios con los ráksakas (una especie de demonios).

Leyendas de a pie cuentan que sus habitantes se transformaban en fieras bestias, o que eran capaces de hacerse invisibles o viajar por los aires, en una suerte de teletransporte o bilocación física; que los animales salvajes se doblegaban a sus habitantes, o que se producían desapariciones desvaneciéndose. Una de estas desapariciones es la que se contaba del ejército de Muhammad Shah, en extrañas circunstancias poco antes de llegar a esta ciudad, desapareciendo por completo. Las investigaciones arqueológicas y antropológicas han acabado centrándose en el hecho de que ya en aquella época se acusase a los habitantes de Mayong de haber utilizado magia contra la caballería. También estas disciplinas ha descubierto restos de armas rituales para sacrificios humanos o Narbali, como parte de magia negra auxiliada por la diosa Shakti. Según el folclore indio, Mayong fue también el hogar de Chura Bez, un doctor hechicero muy poderoso capaz de desaparecer mediante la recitación del Luki Mantra.

El nombre de la ciudad también tiene sus propias historias. Hay quienes asocian su nombre a la expresión sánscrita "maya", que significa "ilusión", en relación con los prodigios de la magia y sobre todo, con la desaparición, una de las prácticas y/o maldiciones entendidas por comunes en la zona. También se habla de clanes llamados Mairong, Maibong o Mahong de los que la ciudad tomaría el nombre, así como de rituales o devociones a dioses de nombre parecido, como la diosa Ma Kali, la ya mencionada Shakti, cuyas partes del cuerpo -cortadas para evitar que destruyese el mundo, se quedaron en esa región, pasando a llamarse Maa-er-ongo ("partes de la diosa"). Una última versión dice que, ya que los animales se encuentran allí libres y cercanos, y que antiguamente era aún más rica y fértil, incluyendo rinocerontes y elefantes, puede tomar su nombre de ellos, que eran llamados Miyong. De todos estos nombres no puede confirmarse nada histórico, ya que, viéndolo una posibilidad de negocio, se han ido sumando más y más historias para dotar de cuerpo a la tradición, incluyendo historias que podríamos calificar de "terror".

Según la religión y la tradición hindú, lo único que no puede hacer la magia es ir contra la naturaleza, y por ello los desastres naturales no pueden evitarse ni conjurarse. Para todo lo demás existe una solución dentro del mundo de los espíritus y la hechicería. En esta región se encuentran muchos hombres y mujeres doctos en ello. Los doctores, llamados ojaa o bez y los adivinos son los principales visitados en Mayong.

Los primeros curan enfermedades o malestares, principalmente a través de medicina tradicional, masajes o Ayurveda, pero con mucho también con auxilio de la magia, recitando mantras o bendiciones, con la mediación de espíritus (no en vano, se cree que son éstos los que normalmente alteran la salud o las circunstancias), o con rituales curiosos como el de los platos, donde el plato se coloca en la zona afectada y "devora" el malestar mediante el hechizo. Esto, en realidad, tiene relación con los tratamientos de copas calientes, donde se calientan los recipientes y se ponen sobre la piel para alterar la circulación, comunes en la medicina tradicional de varias partes del mundo. La curiosidad del ritual indio es que el plato se pone del revés, no con la curvatura hacia dentro. También se puede solicitar la cura de alguien que no haya podido asistir, donde los doctores, con mezcla de hierbas y flores, y recitando hechizos ancestrales, dicen poder traspasar fronteras y curar a esas personas. Asimismo, comparten con los adivinos los hechizos de amor. Todo lo mencionado tiene también su vertiente contraria: pueden romper una relación, hacer enfermar a alguien, o cumplir deseos del cliente, sin importar la moralidad de los mismos.

Los adivinos tienen múltiples sistemas de adivinación: quiromancia, lampadomancia, adivinación mediante cristales, pulidos o rotos, huesos, conchas y caracolas, flores o un plato giratorio que indica la dirección a seguir para encontrar algo o a alguien, incluyendo tener visiones de la persona amada o que será amada, que pueden incluir teletransportarse hasta ella mediante la recitación de mantras concretos como el Uran mantra. Por supuesto, también conocen los secretos de la adivinación por la fisiognomía y la astrología, o reconocer las vidas pasadas.

Existe una tercera categoría de individuos "mágicos", que son los que aspiran a obtener los siddhi, o "perfecciones". Unidos al entorno natural, viven en los bosques o sus cercanías y se dedican a la meditación, a los conocimientos medicinales y mentales de las plantas y a las experiencias dolorosas como parte de su aprendizaje. Estos siddhi incluyen muchas de las capacidades de los magos, como desaparecer, alterar su forma o tamaño, leer mentes, obtener éxito en sus propósitos y subyugar con sus poderes la voluntad de otras personas. Otros tienen una misión, digamos, más espiritual: alcanzar la ataraxia, el aduamduan (tolerar la temperatura fría o caliente hasta sus extremos), o el tri-kala-gñatuam (conocer el tiempo presente, pasado y futuro). Se le añade un poco de encanto terrorífico para aquellos que se atrevan a pasar demasiado tiempo o adentrarse demasiado en los bosques: que allí residen los verdaderos brujos de propósitos oscuros, sin mezclarse con el resto de la población, dedicada a cuestiones más serviles y superficiales.

Y puede que no sea del todo mentira, ya que realmente la zona es de producción agrícola y ganadera, son todos granjeros, y de la magia como tal, aunque se considera que ayuda al bienestar de los habitantes, no se puede vivir. Según los registros, apenas hay un centenar de personas que puedan considerarse como tal doctores o adivinos. Muchos de estos, además, no son en exceso apreciados por sus llamativas puestas en escena o sus escandalosas vestimentas: lo que en verdad es la moda esotérica, o al menos así reconocida, por la mayoría de extranjeros. Empero, tienen por norma que su magia nunca debe ser expuesta ni enseñada a los extranjeros.

En la misma región existen dos lugares muy interesantes: en primer lugar, el Museo Central de Mayong está centrado, como no podía ser de otra forma, en la brujería, a menudo llamada magia negra a pesar de que, como se ha visto, mucho de ello no coincide, desde luego, con la percepción general que se tiene de ese apelativo. Allí se guardan textos y reliquias arqueológicas como paños, estatuillas, monedas o anillos, junto a objetos tradicionales mágicos como hojas de palmera decoradas o piezas de barro, para sorprender al visitante foráneo, cariñosa y sorprendentemente conservadas por los habitantes de la zona hasta que se inauguró el museo en Noviembre de 2002.

En segundo lugar, el festival que tiene lugar en Pobitora, el santuario natural, por el cual se realizan safari para mostrar toda la biodiversidad salvaje de la zona. Junto a estos recorridos se incluyen los santuarios y estatuas de la zona, algunas existentes desde el siglo X. También es aprovechado para mostrar las maravillas esotéricas del pueblo mediante rituales públicos y ceremonias que no alteran el hábitat. De esta forma, se preservan ciertas tradiciones a la par que el entorno con su flora y fauna, concretamente centrado ahora en la conservación de la población descendente de rinocerontes. La pena es que, por su aislamiento geográfico y por su desarrollo rural, unido al rechazo de la magia y la brujería, ninguno de los dos lugares y eventos obtiene la suficiente atención ni a nivel nacional ni internacional, y su futuro es, de momento, incierto.

Pietro Viktor Carracedo Ahumada - pietrocarracedo@gmail.com

Bibliografía:
- Biwas, P., Thomas, J. Construction of Evil in North East India: Myth, Narrative and Discourse. Sage publications, 2012, Delhi.
- Bhushan, Ch. Assam: It's heritage and culture. Kalpaz Publications. 2005, Delhi.Rahman, D. 

- New light on land of black magic - Huge swords unearthed at Mayong in Assam point to human sacrifice. The Telepgraph (online ed.) NE section. 2009  https://www.telegraphindia.com/states/north-east/new-light-on-land-of-black-magic-huge-swords-unearthed-at-mayong-in-assam-point-to-human-sacrifice/cid/62925 


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