Una vasija maldita bajo el ágora de Atenas

06.06.2021

Las excavaciones arqueológicas de Grecia nunca dejan de sorprender. El hallazgo de una vasija bajo el ágora ateniense en 2006 por M. Handler, de la Universidad de Cincinnati, no generó mayores expectaciones que la mayoría de cerámicas encontradas, que acaban siendo almacenadas a la espera de analizar su iconografía o los nombres escritos en ellas, que suelen ser de sus autores o sus propietarios. Sin embargo, está vasija resultó ser muy especial, como la profesora Jessica Lamont, de la Universidad de Yale, publicó hace poco en la revista estadounidense Hesperia. Se trataba, nada más y nada menos, que de una vasija destinada a maldecir a las 55 personas que se encontraban inscritas en la superficie exterior de la vasija, junto a palabras típicas de las maldiciones griegas, como atar o consumir. En el interior de la vasija introdujeron la cabeza partida y los miembros inferiores destrozados de un pollo joven, que no llegaría al año en el momento del sacrificio, y atravesaron los huesos con un enorme clavo de hierro, otro ejemplo claramente comparable a las execraciones mediterráneas. Y junto a todo ello, una moneda de bronce.

La intención, pues, queda clara: se buscaba que las personas inscritas en la vasija quedaran incapacitadas para "pensar" o "moverse", tan indefensas como lo había estado el pollo del ritual, y, tal vez, auxiliada por la potencia mágica que supone su presencia en una suerte de cementerio animal intencionado, pues alrededor de la vasija se encontraron piras con restos de otros animales que fueron sacrificados. Se trata, sin ir más lejos, de un amarre de destrucción de 2300 años, de una maldición sorprendentemente elaborada si la comparamos con los papiros  o las tablillas de plomo.


Los arqueólogos además hacen hincapié en el recipiente y en el lugar que se encontró, y los expertos en el número inusual de perjudicados, muchos de los cuales son mujeres. Todo apunta a que pudo tratarse de una querella judicial donde se buscaba acallar a testigos, incapacitar a jueces o impedir la participación de oponentes. La zona encontrada, la plaza, hace pensar a Lamont que, tal vez, esa vasija perteneciera a alguno de los artesanos que allí tenían su tienda, y que probablemente se vio metido en el problema y solicitó ayuda experta, pero con los materiales que tenía más a mano.
Lo que más lástima nos produce es que probablemente nunca sepamos si la brujería estaba o no del lado de la verdad, ni si la maldición funcionó.

Aquí os dejamos el link de Greek Reporter, uno de los primeros lugares donde esta noticia apareció al gran público: https://greekreporter.com/2021/06/01/ancient-greece-jar-contained-curse-to-kill-paralyze-55-people/

Y el enlace a la plataforma JSTOR, que contiene el artículo publicado en la revista Hesperia: https://www.jstor.org/stable/10.2972/hesperia.90.1.0079

Pietro Viktor Carracedo Ahumada - pietrocarracedo@gmail.com


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