Adivinación con la Bola de Cristal

29.04.2022

Sin duda uno de los objetos más reconocidos dentro del mundo de la adivinación, la magia, e incluso el ámbito de la fantasía, son las bolas de cristal. Los cristales y minerales, de por sí, siempre han tenido una fuerte relación esotérica. La cristalomancia es el arte de adivinación a través de los cristales, los cuales pueden ser la bola, un espejo, una gema preciosa, o cualquier mineral, mientras éste se encuentre facetado o pulido, es decir, pueda reflejar. Por eso también son válidos algunos métodos en los que se adivina a través de una joya, como un colgante o un anillo. Sin embargo, con el tiempo fue distinguiéndose de la catoptromancia, la adivinación por medio de espejos.

En la bola de cristal se unen no sólo las propiedades atribuidas a cada mineral, sino la forma esférica, simbólica, y que además permite que los juegos de luces y formas hagan reconocibles distintas figuras en las que se basa este tipo de adivinación. Su uso proviene de la antigüedad, aunque hay disputa acerca de si es una práctica europea, africana o asiática, ya que hay testimonios de uso de minerales y figuras transparentes o semitransparentes con fines adivinatorios en prácticamente todos los continentes. Lo que sí podemos decir es que se ha convertido en el símbolo por excelencia del mago medieval, y no es de extrañar, habida cuenta, precisamente, de la fusión cultural de aquel momento.

Orígenes y leyendas de las bolas de cristal

Una de las leyendas más extendidas, aunque no por ello de las más antiguas, dice que un sacerdote alemán del S.XVI descubrió un espejo donde el diablo le mostraba unos tesoros que sólo eran alcanzables al otro lado, y se dice que desapareció a través de él, engañado por el diablo. Tenemos, no obstante, testimonios anteriores, como los de algunos templos griegos donde se desarrollaba la incubatio,(dormir en el templo para tener revelaciones en sueños) junto a otros ritos oraculares, como la observación del propio reflejo en el agua o en espejos en zonas poco iluminadas, dejando que las divinidades se manifestaran a través de ese otro mundo. En Roma existía el orbuculum, una pequeña bola de cristal utilizada por los adivinos, pero también como entretenimiento entre las clases altas.

Sin embargo, la idea de demonios encerrados en objetos es mucho más popular en el mundo árabe, con los djinn, los genios, por lo que se sospecha que la vertiente que considera que dentro de los cristales pulidos hay espíritus que revelan el futuro tenga su origen en Asia y África. Sin embargo, algunos estudios sugieren que las bolas de cristal europeas provienen del mundo celta, donde ciertas piedras tenían una energía, valor y simbolismo especiales por sí mismas, como entes vivos de la naturaleza.

John Dee, el astrólogo británico, utilizaba, curiosamente, espejos y esferas de obsidiana para contactar con espíritus angélicos, de modo que puede confirmarse que la idea general de ser el habitáculo de entes espirituales se mantenía presente. No obstante, con anterioridad en Asia y en Europa en la Edad Moderna, se pasó a considerar que la "presencia" de la bola no era un espíritu o demonio, sino una energía propia del mineral correspondiente, lo cual no eliminaba las fórmulas de dirigirse a ella, esto es, realizar las preguntas en voz alta, para que, sea lo que sea que se considere que hay unido al poder de la bola de cristal, se manifieste y responda con claridad.

Materiales y uso de la bola de cristal

Las bolas de cristal pueden ser de variados materiales, y no necesariamente transparentes. Realmente, la importancia de la bola es que se encuentre limpia y pulida, igual que ocurre con el uso de espejos mánticos. Por ello, aunque la preferencia es la bola transparente, pueden encontrarse esferas de cuarzo, jade u obsidiana, utilizadas no sólo para la adivinación, sino potenciando las cualidades mágicas que se les atribuyen en contextos concretos, como pueden ser consultas (a la bola o con otro método, pero con la presencia de la misma) sobre dinero con una bola de jade o citrino , o sobre el amor con una bola de cuarzo o ágata roja.

Antiguamente, sobre todo en Europa, el berilo fue muy apreciado para fabricar bolas de cristal, ya que no sólo servía a este propósito, sino que tenía otros muchos valores esotéricos. La bola de cristal más conocida y habitual actualmente, está realizada en cristal, cristal de roca, o vidrio. Su característica principal es su transparencia, que permite jugar con luces y sombras. Existen adivinos que utilizan la bola como simple punto de inicio o refugio de sus habilidades, es decir, la bola es una herramienta de concentración o trance, pero consideran que su capacidad vidente es independiente, y obtienen las visiones naturalmente.

El resto, o al menos la mayoría de videntes que utilizan bolas de cristal, usan un método que combina la observación con la ambientación. El objetivo es crear un entorno en el cual el cristal, debido a la refracción y la reflexión, muestre efectos ópticos, conocidos vulgarmente como nubes.

Una acción habitual antes de comenzar el ritual adivinatorio, y que hemos visto mil veces representado en la literatura, la pintura o el cine, es el acto de posar las manos sobre la bola, o realizar una serie de gestos rodeándola. Esto, por una parte, es una consagración, un "saludo" a la bola, por parte de la persona que va a usarla. Por otra, estos gestos se dice que "calientan" la bola, y también sirven para ver, a raíz de los movimientos, las formas que se muestran a través del cristal.

La interpretación de las imágenes que muestre la bola difiere según el adivino, ya que tenemos los que consideran la identificación clara de una imagen (ya sea en el cristal o a través de la videncia) y los que interpretan los movimientos que pueden verse. A esto habría que unir la ambientación: un tapete, velas, algún otro objeto esotérico o decorativo, e incluso tener en cuenta el soporte de la bola (madera, metal, cristal...)

Mensajes de sí o no en la bola de cristal:

Al mirar la bola, por norma general, se pueden identificar cuatro movimientos rotatorios de nubes: hacia arriba a la izquierda, hacia abajo a la izquierda, hacia arriba a la derecha y hacia abajo a la derecha. La ausencia de alguno de estos indicaría la necesidad de mayor precisión en la pregunta realizada.

La visualización de movimiento ascendente siempre se considera un sí, o al menos positiva. Ahora bien, se considera mejor o más potente si ocurre en lado derecho, y de menos fuerza si se ve en el lado izquierdo.

La visualización de un movimiento descendente de alguna de estas nubes tendría un significado negativo, y por tanto sería un no. Igualmente, si ocurriera en el lado izquierdo sería un no rotundo, mientras que si ocurriera en el lado derecho, sería un no con ciertos matices que lo suavizarían.

Mensajes de imágenes en la bola de cristal

Las figuras o nubes pueden dividirse en distintos grupos, casi infinitos si tenemos en cuenta que cada adivino tiene sus sistemas de adivinación. Pero aún así, podemos encontrar algunas claves y similitudes que sirvan para exponer en este artículo cómo se siguen encontrando patrones comunes con otras mancias.

Las imágenes que pueden identificarse son infinitas, sugeridas tanto por la semejanza como por la posible pareidolia. Por ello el simbolismo que se desprende de ellas tiene una interpretación semejante a la que encontramos en los posos de té o café (v. Taseomancia) o incluso la interpretación de los sueños. Habrá símbolos con sentidos más claros que otros (calaveras y pájaros negros malos, flores y estrellas buenos, etc.) y que se vinculen por pura tradición a lo laboral, lo emocional, lo económico...

Dentro de estas nubes o manchas en o encontramos también un simbolismo cromático, que comparte con la cromoterapia o con los mensajes de los rituales con velas. Hasta qué punto los colores visualizables dependen de los colores que se haya escogido para el entorno (el tapete, los objetos que rodeen la bola, o incluso la ropa de una persona que se encuentre al otro lado de la esfera), es un aspecto que debe tenerse en cuenta, tanto para el estudio como por quien se dedique a esta mancia sin pretensiones manipuladoras. Así, el rojo es amor y pasión, pero también sangre. El negro es malo, lo blanco es bueno. Lo verde es positivo para la salud y el dinero, y el amarillo puede tener sentido económico o de enfermedad. El naranja es alegría, el violeta espiritualidad...

Para terminar, y también en relación con otros ámbitos de la adivinación, en especial con la taseomancia, la zona anterior o posterior, izquierda o derecha donde aparezca el mensaje indicará el tiempo en que se produce lo que indica el mensaje.

Si las figuras o mensajes se manifiestan en la parte anterior, el suceso tendrá lugar pronto, o se notarán sus efectos pronto, mientras que si aparecen en la parte posterior, el fenómeno tardará un tiempo en producirse. Igualmente, la izquierda será un lado más negativo y el derecho, con connotaciones más positivas.

Mentalismo y otros usos:

Claude Conlin (1880-1954) fue un mentalista que repopularizó la imagen de la bola de cristal como elemento esotérico. Vestido con ropajes orientales que evocaban ese misticismo hindú y persa que tanto atraía al mundo occidental en aquel momento, utilizaba la bola como medio de adivinación, consiguiendo, a pesar del negocio, que las facetas espiritualistas de la magia pasasen también por la religión y la psicología. En ese momento, es sabido que la astrología y la adivinación acompañaron a muchos personajes importantes de principios del S.XX, como Nixon o los ocultistas nazis. Cabe decir que la bola de cristal de la adivina Jeane Dixon, quien se supone que predijo el asesinato de J.F. Kennedy, fue subastada como su herramienta principal.

A pesar de su popularidad tanto en la ficción como en la vida real, es increíble comprobar cómo la bola de cristal en la actualidad no es estadísticamente el elemento más utilizado en la adivinación, sino que se encuentra muy por detrás del tarot, las runas, el péndulo o la oniromancia, herramientas que, por otra parte, pueden parecer más sencillas, aunque contienen igualmente enormes simbolismos.

De hecho, en esta desvinculación de la práctica, incluso ha surgido otro uso para la bola de cristal, el de herramienta de meditación y sanación. Centrándose en las propiedades energéticas, curativas, etc. que sobre todo la cultura oriental indica acerca de los cristales, el usuario de la bola concentra su mirada y su pensamiento en la esfera o el reflejo, concentrándose en su objetivo o dejando la mente en blanco, considerando que las energías fluyen entre ambos. También influyen aquí el tacto, la temperatura y la respiración. Hay quienes exhalan su aliento sobre la bola, creando un vaho (que también a veces se interpreta) que interrelacione al usuario con la bola. Asimismo, se hace uso de la bola para la visualización de objetivos y proyectos.

Y ya para finalizar, mencionar a un pequeño grupo de practicantes que utilizan la bola de cristal a través de un método de autohipnosis, como una mezcla de la observación tradicional mezclada con la meditación. Su función puede ser adivinatoria o simplemente una herramienta para alcanzar algún tipo de trance con diversas finalidades (regresión a una vida pasada, mente en blanco, viaje astral, cambio de plano...). Como fuere, en esta ocasión el cristal debe ser transparente o estar lo suficientemente pulido como para reflejarse en él, ya que las imágenes y su ritmo de movimiento o aparición propiciarán la hipnosis. Curiosamente, esta es también la única forma de consulta que requiere, preferiblemente, la presencia de un ayudante o auxiliar, tanto para inducir como para sacar al consultante y al adivino de su experiencia.

Pietro V. Carracedo Ahumada - pietrocarracedo@gmail.com

Bibliografía:
-Andrews, T. Crystal Balls & Crystal Bowls: Tools for Ancient Scrying & Modern Seership.
Llewellyn Worldwide, 1994
-Flores Arroyuelo, F.J., Diccionario de supersticiones y creencias populares. Alianza editorial, Madrid, 2005.
-Tondriau, J. Diccionario de las ciencas ocultas. Edaf: la Tabla Esmeralda, Madrid, 1985


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